Los inversores tiene una gran variedad de productos financieros con características muy diferentes, para que puedan elegir el que más se adapte a su perfil. Generalmente, los inversores, sobre todo los primerizos, se fijan en los factores típicos que ya anuncian por ejemplo en los bancos.
Nos referimos a la rentabilidad, el tiempo de permanencia, el tipo de inversión, o los productos que podemos contratar simultáneamente. Pero una de las cosas más importantes son las comisiones. Los bancos tienen, en general comisiones parecidas, aunque suelen variar dentro de un mismo banco para unos y otros tipos de clientes, y por supuesto para el tipo de instrumento financiero.
No obstante, muchos clientes pueden beneficiarse de ventajas por tener otras inversiones o por llevar determinados años en un mismo banco. Además, hay algunos brokers que , con la intención de ser más ventajosos, ofrecen a determinados volúmenes de inversión cero o bajas comisiones. Sin embargo, las más normales serán las siguientes:
- Por fondo de inversión: unos gastos de gestión y de depósito.
- Por ser ‘acciones’: Por intermediación y cánones de contratación liquidación. Según publica la CNMV en su dossier informativo, una negociación no muy elevada, de 3.000 euros, supondría una comisión de unos 8€ de comisiones por intermediación, 3,17€ por contratación y 0,10€ de liquidación.
- Por ser valores cotizados: gastos de custodia de cuenta de valores. Si, por ejemplo, se tiene una cartera de valores de 35.000 € y el intermediario cobra un 0,20 % anual sobre el valor efectivo de sus títulos, se pagarían 70 € al año.
- Gastos adicionales por operaciones concretas, como el cobro de dividendos, aunque siempre deberán aparecer especificados en el contrato firmado.
Uno de los productos más contratados es el fondo de inversión. Los bancos ofrecen varios tipos de estos productos atendiendo al riesgo en la mayoría de las ocasiones.
Aunque haya muchas diferencias en los fondos, siempre hay que tener en cuenta las comisiones para decidir qué tipo de instrumento elegimos. Las comisiones más comunes que llevan «incorporadas» de forma general los fondos de inversión son:
Comisión de suscripción
Esta comisión se cobra al inicio de la contratación, y se establece en función de la inversión realizada. No se puede superar la comisión en más del 5% del importe de las participaciones. Esta comisión no suele cobrarse en la mayoría de fondos de inversión nacionales, aunque como muchos sabemos siempre se pueden encontrar «nuevas comisiones» por el camino que compensen esta.
Comisión de salida
Esta comisión, como su propio nombre indica, se cobra al reembolsarse todo o parte del fondo de inversión. Se suele calcular teniendo en cuenta el tiempo que se ha tenido el fondo.
Comisión de gestión
La comisión de gestión se descuenta diariamente, aunque el cálculo es anual y ya está descontado de la rentabilidad del fondo de inversión. Por este motivo, el inversor no suele saber cuál es el porcentaje exacto de esta comisión. Esta comisión varía en función del tipo de fondo que contratemos y podemos conocerla en cualquier sucursal. La ley establece un tope máximo de porcentaje.
Comisión de depósito
Esta comisión también depende del tipo de fondo y hay establecido un máximo por ley. Es un porcentaje que la sucursal cobra por sus trabajo. El máximo es un 0,2 anual sobre el patrimonio invertido.
