Estamos en 2014 y es un hecho que las nuevas tecnologías han pasado por encima del sector bancario dejandolo obsoleto. Entonces ¿Por qué seguimos dedicando el 9% de nuestra economía a un parásito obsoleto? En los Estados Unidos de América, el sector bancario genera el 4,5% del PIB, y consume dinero en la misma cantidad.
Hoy en día, los softwares y las grandes empresas que operan al margen del mundillo de Wall Street pueden reemplazar el papel de financiador que interpreta el sector bancario y reducir los costes, pudiendo llegar a ahorrar 900.000 millones de dólares sólo en Norte América.
El mayor de los problemas es el arraigo que presenta la sociedad moderna hacia los bancos, y eso no nos ha permitido desarrollar hasta la presente crisis, la multitud de alternativas que existen a la parasitaria industria bancaria.
¿A qué se dedican los bancos?
1- Guardan el dinero de las personas.
2- Transfieren fondos entre deudores y acreedores.
3- Dan préstamos sobre una base de reserva fraccionaria, lo cual significa que unos pocos euros en depósitos son suficientes para poder dar grandes cantidades de dinero en préstamos.
4- Crean productos derivados, operan con varios esquemas de lavado de dinero y malversación de fondos, juegan con su influencia sobre los gobiernos y contribuyen al mantenimiento del capitalismo de libre mercado y la financiación de la actual «democracia».
Todo este sector corrupto puede ser reemplazado por cámaras de compensación digitales, iniciativas de crowdfunding y préstamos no bancarios.
Si podemos invertir en una start up mediante el crowdfunding que ofrecen páginas web como KickStarter o AngelList, ¿Por qué no se puede invertir en la hipoteca de José y Silvia?
Los softwares modernos, sin necesidad de ser excesivamente sofisticados, evitan la mediación de intermediarios y hacen que todas las operaciones sean menos costosas y más transparentes. Los que tienen dinero y desean invertirlo podrían elegir donde poner sus ahorros y toda la operativa podría estar perfectamente automatizada cruzando oferta con demanda.
La idea de que unos pocos ahorradores depositan su dinero en un banco que compra una hipoteca con dichos ahorros para luego vender el derecho de cobro de dicha hipoteca en pequeños paquetitos aliementando la pirámide de derivados está completamente obsoleta.
¿Y qué sucedería con los depósitos? Todavía quedarían insituciones que llenarían dicho nicho, como por ejemplo las uniones creditícias y las oficinas postales. Algunos países avanzados como Japón, Francia o Suiza entre otros, han combinado los servicios postales con servicios bancarios simples.
En cuanto a los préstamos para negocios se refiere, hoy en día se puede obtener préstamos para pequeñas empresas al instante incluso en PayPal.
Por otra parte, no hay ninguna razón técnica para que no se puedan establecer las tasas de interes de los préstamos a corto plazo mediante equilibrios transparentes entre la oferta y la demanda de los prestamistas y los prestatarios.
Lo que se plantea es al fin y al cabo, crear una nueva industria bancaria sin todos los achaques de la actual. Pero para ello es necesario cortar de raíz las prácticas actuales.
