Una de las principales razones que se achacan a la impresionante crisis financiera que sufrimos es la falta de regulación de los mercados financieros, que han gozado de total impunidad y descontrol hasta que estallara la burbuja financiera. Ahora la moda es la opuesta, y el aumento de la regulación no es sólo un desafío temporal para las instituciones financieras mundiales; es la nueva realidad.
Una nueva investigación de Thomson Reuters muestra que el repunte mundial en la regulación financiera siguió tomando impulso en el tercer trimestre de 2013. Thomson Reuters Accelus ha registrado un promedio de 110 cambios de regulación diarios en el tercer trimestre de 2013, casi el doble que durante el mismo periodo de 2010. Hasta septiembre, el número de alertas reglamentarias realizadas durante este año ya ha llegado a un máximo histórico de 18.986.
Aunque el aumento de las regulaciones post-crisis financiera está dirigido a crear un entorno financiero más seguro y con menos riesgos, las nuevas normativas hacen que el entorno legal sea cambiante para las instituciones financieras.
«La gente veía la regulación como si fuese un tsunami que podría causar estragos y luego marcharse como si nada, pero esto se está pareciendo más al calentamiento global, como una marea que solo sigue en aumento», dijo Scott McCleskey, jefe global de la inteligencia reguladora de Thomson Reuters.
Según McCleskey, las instituciones deben pensar en los costes añadidos que suponen las nuevas reglas, ya que las empresas deben retener más capital en la misma empresa sin poder invertirlo. En el tercer trimestre se crearon hasta 10.000 puestos de trabajo en el sector financiero, la mayoría de los cuales relacionadas con el cumplimiento de las nuevas normas.
Y en una reciente encuesta de Thomson Reuters a los trabajadores que se encargan de las funciones de cumplimiento de normativa, el 80% respondió que espera en el futuro aumentos en la cantidad de información normativa que deben supervisar. «No vemos ninguna reducción apreciable de la cantidad de trabajo para las instituciones financieras», dijo McCleskey, y agregó que aunque la aprobación de la nueva regulación de todo el mundo se desacelera, los bancos aún se deben ajustar con el fin de mantenerse al día con las medidas ya promulgadas.
El coste de incumplir las normas
McCleskey también señaló otro coste añadido de la regulación, el coste de incumplimiento. En los Estados Unidos, Bank of America y JP Morgan han sido recientemente multada por malversación, siendo esta última la que ostenta el record con 11.000 millones de dólares de multa que debe pagar al gobierno de los Estados Unidos por delitos en relación a su negocio de valores respaldados por hipotecas.
Dicho esto, mientras que las regulaciones podrían causar que las instituciones financieras reduzcan ciertos negocios o reduzcan la exposición a algunos países, probablemente es demasiado pronto para predecir lo que este nuevo marco normativo supondrá para los mercados en el largo plazo.
En palabras d McCleskey, «Los bancos tienen menos dinero para obtener beneficios, pero también hay que sopesar que el resultado neto está destinado a ser una industria más segura».