El Tesoro Público decidió hace unos meses sacar bonos ligados a la inflación, al igual que otros países como Alemania e Italia, sacar al mercado bonos ligados a la inflación, semejantes a los bonos tradicionales, tanto en plazo ( 10 años), como en funcionamiento, eso sí con diferencias en la posible rentabilidad obtenida.
Ahora que la inflación de precios está en tasas negativas, desde el gobierno han vuelto a apostar por los bonos ligados a la inflación para el año 2015. Inicialmente, el Tesoro Público subastará títulos de este tipo al trimestre. Como sabemos, el inversor no pierde el principal de la inversión, por lo que la deflación no sería un problema.
Los bonos ligados a la inflación, como su propio nombre indica, tienen una rentabilidad que depende en parte de la evolución del IPC. En concreto del IPCA, Índice de Precios de Consumo Armonizado, sin el tabaco. La ventaja de los bonos ligados a la inflación, es la obtención total del dinero invertido inicialmente. Hay quien puede pensar que se produzcan pérdidas en caso de deflación, pero ni en este caso las habría, ya que nunca se devolverá una amortización menor que la del inicio.
Concretamente al adquirir un bono indexado a la inflación, aportamos una cantidad inicial. A lo largo de los 10 años, iremos obteniendo un cupón de un porcentaje a modo de intereses anuales. Al finalizar los 10 años de vigencia, se tendrá que reembolsará la parte inicialmente invertida, sumándole un plus, que variará según lo haya hecho la inflación. Según los últimos datos del Eurostat, la inflación europea durante los próximos 10 años, estaría en torno al 2,25 %. Permiten al inversor , eludir la posible pérdida adquisitiva que tienen otros productos de ahorro.
Las emisiones de los bonos ligados a la inflación están destinadas a inversores con perfil de riesgo bajo, y grandes inversores que quieran destinar sus activos en productos a largo plazo, por ejemplo aseguradoras y fondos de pensiones. La cotización de los bonos ligados a la inflación se hace de la misma forma que la de un bono tradicional. Se realiza una subasta pública, y es ahí donde se pueden adquirir, por supuesto también por medio del banco. El mercado secundario también está presente a la hora de cambiar o vender los bonos antes de su vencimiento.