Los fondos de inversión son uno de los instrumentos de ahorro más utilizados por los inversores. Los fondos de inversión tienen una serie de características que los hacen tremendamente atractivos, como su transparencia, su diversificación, su facilidad de traspaso a otros fondos, y por supuesto su fiscalidad.
Los fondos de inversión pueden ser de muchos tipos, por ejemplo fondos cotizados (ETFs), fondos de renta fija, de renta variable, fondos que replican un índice o fondos de fondo entre otros.
Pero sin duda, una de las mejores y más valoradas características de estos instrumentos de ahorro es la facilidad a la hora de realizar un traspaso a otro fondo. En primer lugar, señalar la fiscalidad en estos casos. Los traspasos no suponen ningún efecto fiscal para el inversor, ya que hasta que no se realiza el desembolso del importe del fondo, el inversor no tiene que tributar ni por las ganancias ni por las pérdidas. Este tipo de fiscalidad no se realiza con los fondos de inversión cotizados, y sí se aplica a fondos de inversión españoles y de otros países comunitarios.
Un traspaso consiste simplemente, en un traslado de la inversión inicial hecha a un fondo, a otro fondo diferente. Este traspaso se debe realizar siguiendo una serie de pasos. En primer lugar, debemos dirigirnos a la entidad de destino del fondo de inversión, ya que es esa entidad la que ofrece el fondo a sus clientes y lo gestiona.
Habrá que entregar todos los documentos posibles en relación a la contratación del fondo de inversión anterior. En este documento aparecerá, fechase cantidades, evolución, etc. No es necesario ir a la entidad del fondo inicial. Estas gestiones podrían asemejarse con el cambio de compañía de teléfono, ya que nos dirigimos a la empresa nueva.
En general los traspasos suelen hacerse efectivos entre 5 y 8 días laborables, dependiendo si el traspaso del fondo es en la misma entidad financiera o no. Los traspasos de fondos de inversión suponen una nueva suscripción a los mismos, por lo que habrá que pagar unas comisiones similares a las que tuvimos al invertir en el primer fondo. La no tributación supone la no retención en el IRPF.
Los traspasos de fondos pueden realizarse también a fondos distintos, es decir, que no tienen porque ser necesariamente el mismo tipo de fondo. Podemos traspasar nuestros ahorros desde un fondo extranjero a una sociedad de inversión. Lo único que podría variar serían los costes de los trámites.