Hemos empezado el 2014 con unas 150.000 direcciones bitcoin activas frente a las 35.000 con las que empezó el año anterior. Esto no significa que haya ese número de usuarios, pues muchos de ellos tienen varias cuentas para sus transacciones. Muchos países y autoridades monetarias, como China, India y la propia Union Europea, rechazan el uso de Bitcoin como moneda legítima o divisa, y advierten sobre el riesgo de utilizarla. Singapur ha optado por lo contrario, reconocer el comercio de Bitcoin. La ciudad asiática ha establecido una serie de normas fiscales aplicables a las operaciones realizadas con Bitcoin, en lo que supone un reconocimiento de facto de la moneda virtual.
- las empresas que operan en el negocio de compra y venta de bitcoins serán gravadas sobre la base de las ganancias de sus ventas.
- si las bitcoins forman parte de la cartera de inversiones de una empresa con fines de inversión a largo plazo, las ganancias serían de capital y, por tanto, no estarían sujetas a tributación.
- Las compañías registradas en Singapour que compren y vendan bitcoins, o intercambien la moneda digital por otros bienes o servicios, deberán pagar impuestos por estas transacciones.
- Si los bitcoins son pago de bienes y servicios se considerarán como trueque, ya que no es considerada moneda
Algunos países como Alemania, Noruega y el Reino Unido, ya habían calificado al Bitcoin como un bien gravable, y la autoridad tributaria de Singapur ya ha explicado qué tipo de ordenaciones estarán sujetada impuestos. El impuesto de bienes y servicios en el 7%, dónde de incluyen los bitcoins. A no ser que sea una inversión a largo plazo, como explicábamos antes. También gravará a las empresas que actúen como agente o principal en las transacciones.
El tema de los bitcoins ya ha llegado al senado estadounidense, donde debaten qué hacer con esta nueva moneda virtual. En el caso de China, ha reconocido el uso de bitcoins en las compras online de materias primas, pero avisa de los riesgos que lleva, pues este nuevo mundo online se asocia con el blanqueo de dinero, la venta de armas u otras acciones fraudulentas. La Autoridad Bancaria Europea (ABE) emitió un comunicado sobre los riesgos que derivan de la compra, la posesión y el comercio con divisas virtuales, pero no ha anunciado ningún mecanismo de regulación.
