Tanto para los que no son inversores como para los que si, la volatilidad es la variación que se observa en un elemento. Es decir, a pesar de que habitualmente se utiliza en el sector económico, la volatilidad también puede adaptarse a otros campos. Como definición básico diríamos que la volatilidad es una medida que nos dice la frecuencia con la que varia en nuestro caso un activo. También podría ser un índice o una variable X.
Cuando hablamos de volatilidad, solemos pensar en riesgo e incertidumbre, ya que implica que el activo en cuestión puede variar mucho dependiendo del tiempo, luego no es fácil predecir cómo estará al final de un período. Pero a pesar de esto, también se puede ganar con volatilidad, por lo que no es un factor malo o negativo en su totalidad.
La volatilidad, no es un número al azar. A su vez depende de otras variables. En este caso hablamos de la dispersión y la correlación. En el siguiente esquema de etfstrends, podemos verlo con mucha claridad.
Una medida de la volatilidad, es la dispersión. Si los componentes están muy agrupados, la dispersión es baja; en cambio si están separados será algo mayor. La correlación medirá la tendencia de estos componentes anteriores a subir o bajar, será el segundo factor que influye en la volatilidad.
Si los componentes tienden a moverse a la vez, la correlación será relativamente alta, y la volatilidad será mayor. Y viceversa. Cuanto más lejos se encuentre del índice mayor será su volatilidad.
Por ejemplo, en el siguiente gráfico, se han medido la correlación y la dispersión , para saber la volatilidad de algunos sectores del índice S&P 500. Como vemos, los sectores que son más volátiles habitualmente tienden a estar más alejados. Por ejemplo, las tecnologías de la información o las finanzas.
Esta información es muy útil tanto para los expertos en análisis como para los inversores en general. Puede ser una medida más para seleccionar uno u otro sector, en función de su dispersión o correlación. En la inversión toda información es poca.
