El año pasado, justo cuando la nueva Administración del Gobierno de China estaba anunciando su compromiso de acabar con la corrupción y el perfil de líder con riqueza personal y conexiones, tanto el New York Times como Bloomberg expusieron la hipocresía de dicho objetivo. El Partido Comunista ha negado desde entonces visas a los nuevos periodistas, bloqueado las páginas web del New York Times y Bloomberg, y creado todo tipo de dolores de cabeza a los medios de comunicación extranjeros.
Ahora, está quedando claro que esta táctica de mano dura está funcionando, y ha puesto la reputación ética de Bloomberg en la cuerda floja. El New York Times informó la semana pasada que Bloomberg había desechado un informe de investigación que une al hombre más rico de China con los principales dirigentes del Partido Comunista, así como otros artículos sobre los hijos de los líderes chinos que trabajan en bancos extranjeros.
De acuerdo con ambos documentos, Matt Winkler, editor jefe en Bloomberg, rechazó los informes después incluso de que fuesen verificados por los abogados. Winkler supuestamente dijo a los periodistas en una conferencia telefónica que si Bloomberg publicaba historias de esa naturaleza, se corría el riesgo de ser expulsado de China. Winkler junto con otros altos ejecutivos asegura que él no hizo ninguna afirmación, y sugirió que las historias no se habían desechado sino que simplemente no eran lo suficientemente buenas como para ser publicadas.
Saber que versión es cierta, y por qué, es crucial. Si Winkler sólo quería asegurarse de que las investigaciones eran infalibles, como él sugiere, sería totalmente legítimo teniendo en cuenta las presiones sobre los medios de comunicación extranjeros en China. Si quería censurar la noticia por razones editoriales, es decir, evitar ciertas historias para que Bloomberg pudiese seguir informando desde China, la decisión sería muy discutible, pero no sin precedentes. Winkler debió decir a su personal que había estado estudiando cómo las organizaciones de noticias fueron capaces de mantenerse informando desde Alemania durante la época nazi al imponerse la autocensura.
Sin embargo, lo que lo convierte en un verdadero polvorín es la sugerencia de que Winkler podría haber sido objeto de presiones comerciales. El New York Times indica, aunque sin dar ninguna prueba, afirma que Bloomberg está tratando de proteger su negocio.
Si Bloomberg en efecto desecha informes por razones comerciales, afectaría seriamente la credibilidad de la empresa. Incluso si lo hace por razones editoriales, su reputación está en juego. ¿Cuanto tiempo ha estado Bloomberg autocensurandose en China? ¿Lo saben los suscriptores? ¿Qué otras informaciones y en que otras geografías está autocensurandose Bloomberg?
Si los periodistas de Bloomberg han estado dispuestos a señalar la gestión de la censura, tanto el New York Times y Financial Times sugieren que Bloomberg tiene por lo menos un enorme conflicto por su cobertura en China. La empresa tendrá que ofrecer unas explicaciones realmente convincentes para tranquilizar a sus clientes.