En la actualidad Japón vive un momento de incertidumbre sobre su recuperación económica. A continuación se repasa su historia con el fin de entender su actual situación, así como de señalar sus fortalezas y debilidades en cuanto a decidir si es buen momento para apostar por los valores japoneses invirtiendo por ejemplo en fondos cotizados.
Desde 1970 Japón ha experimentado un crecimiento económico que le ha llevado a convertirse en una potencia manufacturera y financiera mundial, situándose como la segunda potencia económica mundial tras EEUU.
La crisis inmobiliaria de 1991, trajo una década de estancamiento económico, que se intentó solventar sin éxito mediante bajadas de tipos de interés, estableciéndose tipos cercanos a cero, lo que provocó una política monetaria inservible para incentivar la demanda y la inversión ( lo que se conoce como trampa de liquidez).
Como la política monetaria era inservible para incentivar la economía, se recurrió a la política monetaria, se aumentó el gasto público mediante construcción de obras públicas y se realizó una reforma estructural para retroceder el exceso especulativo de la reserva y el mercado inmobiliario. Está política llevo a un detrimento de las arcas publicas y a una espiral deflacionista.
En 1998, se intentó crear expectativas inflacionistas para promover el gasto y a largo plazo bajar los tipos de interés.
A partir de 2003, Japón vuelve a crecer, gracias al fomento de las exportaciones, control de las importaciones y una inversión elevada en el interior.
En 2005, Japón supera el PIB de EEUU y de la UE, ya que además de las exportaciones y la inversión se recupera el consumo interno.
En 2008, con la crisis económica mundial, Japón entra en recesión debido a la disminución de la demanda mundial de automóviles y productos electrónicos y a un débil consumo interno. En 2009, las exportaciones se recuperaron y la economía japonesa dio señas de recuperación.
A principios de 2010, Japón creció entorno al 4%, pero el segundo trimestre el PIB japonés crece tan solo un 0,4 %.
Las causas de este débil crecimiento es una disminución de las exportaciones, debido a la crisis económica en la que todavía parece estar inmersa EEUU y muchos países europeos, y a una continúa apreciación del Yen.
Los precios vuelven a bajar, aunque en una medida menor a la esperado por los analistas. El consumo interno disminuye ya que se esperan nuevas bajadas de precios.
El Gobierno tiene un elevado déficit público, debido a la política expansiva para incentivar el consumo interno y la inversión (subvenciones a la compra de productos electrónicos ecológicos y automóviles), que sin duda ya ha anunciado durará poco más.
La fuerte apreciación del Yen japonés, dándose máximo históricos en 15 años respecto al USD, pone en peligro el futuro de las exportaciones.
Las autoridades ya se han planteado intervenir sobre la moneda para impedir que siga apreciándose.
Con todo, Japón es el segundo país con mayor equidad de ingresos per capita del mundo. Sus empresas manufactureras son fuertes, y pioneras en tecnología.
La vuelta de las economías mundiales a la normalidad, una vez se logre una recuperación económica, ayudado de una posible intervención del Yen por parte del Estado, ayudará a fomentar de nuevo las exportaciones japonesas. La duda es saber el tiempo que habrá que esperar.